miércoles, 3 de agosto de 2016

Programas sociales atacan pobreza en Nicaragua

Por Francisco G. Navarro *

Managua (PL) -Hambre Cero, Plan Techo, Usura Cero, Merienda Escolar, Bono Productivo y Casas para el Pueblo son programas sociales del Gobierno de Nicaragua, que en su conjunto atacan el flagelo de la pobreza en este país centroamericano.

Así lo confirmó la reciente encuesta de Medición de Nivel de Vida 2014, dada a conocer por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide) y fruto de una pesquisa que comprendió siete mil 570 hogares de la capital, las zonas del Pacífico, Central y la Costa Caribe.

El sondeo estableció que la pobreza general decreció en la etapa estudiada (2009-2014) de 42.5 a 29.6 por ciento, en tanto la calificada como extrema mermó de un 14.6 a 8.3 por ciento.

En este momento el 70 por ciento de los nicaragüenses clasifica en la categoría de no pobre, reafirma la investigación estadística, asesorada por el Banco Mundial (BM).

Ovidio Reyes, presidente del Banco Central de Nicaragua, comentó en el propio acto de presentación de la muestra que tales resultados son consecuencias de las políticas sociales y económicas implementadas por el gobierno y centradas en la familia como protagonista.

De ahí que el presidente Daniel Ortega mantenga una alta aceptación entre la población, como lo demostró otro sondeo más cercano en el tiempo, el de la firma M&R Consultores, que situó el beneplácito a la gestión del gobierno en un 71,6 por ciento.

Al avaluar la lucha frontal contra la pobreza muchos actores económicos y políticos coinciden en señalarlo como, tal vez, el logro más sobresaliente de la gestión del actual mandatario nicaragüense.
Así lo atestiguan el expresidente de la Asamblea Nacional, Luis Humberto Guzmán; el presidente de la Cámara de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, Gilberto Alcocer, y el diputado del Parlamento Centroamericano y legislador nacional Douglas Alemán, entre otros.

Guzmán argumentó que el tema de la reducción de la pobreza ha sido un problema crónico en las sociedades latinoamericanas, Nicaragua incluida, lo cual confirma que cuando un gobierno lo enfrenta y ofrece soluciones a través de políticas públicas, el éxito es posible.

El presidente (Ortega) confiere prioridad en su gestión al alivio de la pobreza en que fue hundido el país por tres administraciones neoliberales, comparó el ex parlamentario.

Nicaragua avanza (en el combate a la pobreza) gracias al modelo de diálogo y alianza, una de las líneas directrices de la administración, sostiene Alcocer.

Alemán, productor agropecuario y diputado por la bancada sandinista, piensa que la reducción de la pobreza en el caso específico del sector rural responde a la validez del programa del Bono Productivo Alimentario.

En áreas del departamento de Chontales (centro), de donde es originario, el legislador refirió la existencia de muchas familias que pasaron de no tener nada a ser parte de la cadena productiva de sus asentamientos.

Hoy esos pequeños núcleos de población, además de producir para su sustento alimentario, logran un excedente y venden huevos, leche o cuajadas frescas, géneros que resultan de la crianza de gallinas y vacas (entregadas como parte del módulo del Bono Productivo), explicó.

Mejor distribución de la riqueza y énfasis en el ser humano y la familia implican que en Nicaragua pueda hablarse de desarrollo humano en lugar del simple crecimiento de la macroeconomía, constituye una valoración recurrente de los analistas.

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reconoce en diversos documentos que, de 1990 a 2014, Nicaragua logró reducir el índice de la población subalimentada de la mitad (50.5 por ciento) a un 16 por ciento.
De tal manera el país centroamericano arribó antes de la fecha límite (2015) a la consecución del inciso inicial de la primera de las ocho metas trazadas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio: reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre.

El cumplimiento incluye al propio tiempo el compromiso fijado por la Cumbre Mundial de la Alimentación, celebrada en Roma a mediados de noviembre de 1996 con la participación de 112 jefes de Estado y Gobierno.

La coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, subrayó la validación otorgada por el BM, organismo especializado del sistema de Naciones Unidas, a la reciente encuesta.
Luis Constantino, representante del BM en Nicaragua, reconoció la estrategia de la actual administración nicaragüense en sus políticas públicas para conseguir este resultado. Para Carlos Sobrado, especialista en pobreza de la propia organización, con la reducción de la penuria, la población nicaragüense aumentó sus niveles de consumo en el período estudiado.

En el último quinquenio el consumo per cápita de los nicaragüenses creció en alrededor de ocho mil córdobas (290 dólares aproximadamente al cambio oficial a la fecha), un incremento del 33,8 por ciento, precisó el funcionario.

Al ejemplificar el impacto de los programas sociales en el tema de estudio, el experto internacional señaló que de haber desaparecido la mochila y la merienda escolar hubiera significado la elevación del nivel de pobreza en dos puntos porcentuales.

La clásica guinda del pastel a la evaluación de la línea económica del modelo político nicaragüense la puso la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), al proyectar para este año un crecimiento del Producto Interno Bruto por encima del 4.3 por ciento, dato que concuerda con las estimaciones previas del gabinete del gobierno a cargo de esa área.


*Corresponsal de Prensa Latina en Nicaragua.



Fuente: Prensa Latina
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