En el momento en que fueron okupadas estaban abandonadas y expresamente degradadas, con los techos y suelos parcialmente destruidos, a la espera de un proceso de expropiación. Durante estos seis años las hemos reconstruido convertintles en hogares estimadas que han acogido y siguen acogiendo a mucha gente.
El 7 de octubre se celebrará un juicio civil en el que se pedirá el desahucio y subsiguiente desalojo de las
nuestras casas y la de una vecina que lleva décadas viviendo allí. En principio no nos podremos presentar, nos piden mil cinco cientos euros de caución para poder participar en la "justicia". Igualmente, de poco serviría nuestra asistencia ya que, según sus términos, nada de nuestros 6 años de energía, vida, trabajo y amor tiene valor. Su mundo es un mundo estéril, hecho de ganancias y transacciones, con lo que no podemos, ni queremos, dialogar.
El actual propietario de nuestras casas, como de tantas otras en Barcelona, ​​es Nuñez y Navarro. Se esconden detrás de una multitud de filiales, una herramienta más en su estrategia de acumulación de ganancias. Josep Lluís Nuñez y su hijo José Luis Nuñez y Navarro, llevan décadas estafando, y recibiendo favores a cambio del pago de sobornos a funcionarios públicos y políticos de turno. También llevan décadas especulando con el suelo y convirtiendo esta ciudad en un lugar cada vez más inhabitable.
Cada día en España hay 300 desahucios. En Barcelona hay miles de personas sin hogar o viviendo en extrema precariedad. Y como contrapartida, sólo en nuestro barrio hay unos 8000 pisos vacíos. Y como tantos otros lugares, se sigue echando a los vecinos del barrio.
Es hora de hacer frente a la especulación ya las mafias inmobiliarias y financieras. Luchamos por nuestras casas, y por nuestro futuro inmediato y vital, pero también por el mundo en el que queremos vivir. En solidaridad con las y los vecinos, vecinas y casas bajo amenaza de desalojo, y por el apoyo mutuo, resistiremos. Y resolveremos de forma directa y col ∙ lectiva nuestras necesidades básicas.